martes, 13 de mayo de 2014

Bienestar Social en Sudamerica (Actualidad)


En medio de la crisis civilizatoria o multidimensional que enfrenta el mundo a causa de los efectos perniciosos del capitalismo y su última fase (una de las más predatorias) el neoliberalismo América Latina se constituye prácticamente que en la única región que está sorteando más bien que mal económica planetaria, y de alguna manera, apunta no obstante las infaltables dificultades y contradicciones socio-políticas, hacia mejores niveles de desarrollo humano. Por ello los gobiernos de América del Sur trabajan en la consolidación de un escenario como la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) para poner en marcha mecanismos de desarrollo y defensa de la región. Simultáneamente, Varios gobiernos progresistas del continente gracias al impulso de Venezuela han hecho realidad la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la cual no es una zona de libre comercio, sino un espacio político y económico organizado, basado en la solidaridad y la complementariedad que tiene en cuenta las asimetrías. Los pueblos del hemisferio han entendido que para salir de “la larga y oscura noche neoliberal” de la que habla el presidente ecuatoriano Rafael Correa, y que tanto dolor humano ha causado a millones de latinoamericanos, la región debe circunscribir su política de relaciones internacionales en la cooperación y no en la competencia.

Un despertar social y político

Para lograr el cambio de paradigma económico y posibilitar la elección de gobiernos de tinte progresista que han jalonado este proceso de integración regional y ejecución de políticas públicas de desarrollo social, muchas de ellas consideradas asistencialistas, Latinoamérica debió soportar los embates de las medidas de ajuste y saqueo que impuso el funesto modelo neoliberal. Estas fórmulas de pillaje y de desconocimiento de las conquistas sociales inspiradas en el llamado Consenso de Washington que muy poco tuvo de consenso y mucho de Washington, generaron el despertar de los pueblos que a través de su organización en movimientos sociales y en la movilización pública lograron convertirse en sujetos de cambio que posibilitaron llevar al poder a líderes con vocación de cambio cuyo propósito al llegar a los gobiernos ha sido la lucha contra la pobreza, el desempleo, la exclusión, garantizando el acceso gratuito y universal a la educación y la salud. Es decir, hacer efectivo y real el rol del Estado de garantizar los derechos fundamentales.

La CELAC: ser o no ser

La búsqueda de autonomía, pero sobre todo, la integración política y la colaboración efectiva de la región, constituye “el ser o no ser” de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), dijo el presidente de Uruguay, Pepe Mujica, durante el acto de creación de este organismo que busca reemplazar a la desgastada y desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA). La Cumbre de la CELAC realizada en Caracas entre el 2 y 3 de diciembre sin la presencia incómoda de Estados Unidos y Canadá es otro paso más en la ruta por solidificar políticamente a la región. Este nuevo organismo de integración latinoamericana buscará concretar en el corto plazo un fondo común de reservas para enfrentar las turbulencias financieras y la creación de un organismo de derechos humanos alternativo al de la OEA.

Hacia un polo de poder

América Latina avanza paulatinamente hacia su propio destino como región no obstante ser un continente muy disímil, heterogéneo, lleno de diversidades de todo género: étnicas, geográficas, costumbristas, históricas. En medio de esa diversidad y de los elementos comunes como el idioma y las similitudes culturales que son decisivos en un proceso de integración, la sociedad latinoamericana está llegando a cierto grado de madurez política que le ha permitido comprender a cabalidad las circunstancias de la globalización en el sentido de entenderla como una muy hábil estrategia de los países desarrollados para cautivar los mercados del planeta. Tras las fracasadas recetas económicas del Consenso de Washington que solo han beneficiado al capital financiero especulativo transnacional en perjuicio de los intereses locales, la dirigencia latinoamericana de postura progresista terminó dándose cuenta, por fin, de que la dinámica del capitalismo salvaje que eufemísticamente lo denominan globalización”, obliga a concretar sinergias, por lo cual América del Sur se encuentra en pleno proceso de estructurar un bloque común, en medio de las diferencias, para defender intereses compartidos en el ámbito internacional. Para algunos analistas en geoestratégica internacional como el mexicano Alfredo Jalife-Rahme, América del Sur en ese sentido ya cuenta con un proyecto y se encamina a constituirse en un polo de poder. Jalife-Rahme se refiere a América del Sur por cuanto que México y Centroamérica siguen siendo parte consustancial de la órbita política, militar y económica de Estados Unidos.

Nueva arquitectura financiera regional

Ese renovado espíritu integracionista de los gobiernos de América del Sur expuesto en diversas reuniones presidenciales se ha logrado concretar tanto en la creación de UNSAUR como en el  fortalecimiento de instancias comerciales como MERCOSUR. Las buenas intenciones de los jefes de Estado no solo se han quedado en retórica como en el pasado, sino que en medio de las normales limitaciones de un proceso de integración ambicioso, se avanza en la concreción de una propuesta para generar una nueva arquitectura financiera regional. Los pilares básicos de esta propuesta que le dará sustento práctico a UNASUR se pueden sintetizar así, en palabras del representante del gobierno ecuatoriano Pedro Páez Pérez, quien en los últimos años ha venido trabajando para cristalizar este empeño integracionista: Una banca de desarrollo de nuevo tipo, como la iniciativa del Banco del Sur, con un conjunto de nuevas prioridades en materia de alimentación, energía, cuidado de la salud, ciencia y tecnología, conectividad física, financiamiento de la economía popular y nuevas prácticas bancarias. Una banca central alternativa, comenzando por la conexión directa, en red regional, de los bancos centrales, enlazados a sistemas de compensación de pagos, mercados virtuales de liquidez, sistemas multilaterales de créditos recíprocos, facilidades de emergencia de balanza de pagos, caja fiscal, y un fondo común de reservas regional. Desarrollo de un espacio monetario común, incluyendo la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) regionales en el marco de convenios de compensación de pagos como la experiencia del SUCRE dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA). Para evitar retaliaciones políticas y sabotajes económicos a los procesos democráticos, es necesario impulsar una definición pronta y universal de controles de capitales y un impuesto a través de la  denominada Tasa Tobin.

El liderazgo de Brasil y Argentina

El mapa político de Latinoamérica permite observar con claridad los avances o retrocesos del proceso de cambio que se viene dando en buena parte del hemisferio. Brasil y Argentina, los países líderes de Suramérica, son las economías de mostrar. Ambas naciones que hacen parte del G-20, es decir, el grupo de países con las economías más fuertes del mundo, evolucionan en un modelo de mejoría social e industrialización que les ha posibilitado reducir la pobreza, mejorar los índices de desarrollo humano y configurarse como los impulsores de la integración regional. Brasil por sus condiciones geoestratégicas y económicas juega como polo en América del Sur, hace parte del grupo de países conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que está en pleno ascenso, y apuesta a consolidar el proceso de regionalización porque de él depende solidificar su influencia.

El rol de los gobiernos de izquierda

Los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y Evo Morales en Bolivia, se caracterizan por sus posturas de izquierda en el sentido de proclamar un socialismo para el siglo XXI y ser críticos de los efectos negativos del capitalismo en el desarrollo de la sociedad. Estos gobiernos ostentan un gran respaldo popular y coinciden en haber logrado revertir la negativa realidad social de sus pueblos mediante la ejecución de políticas que han mejorado sustancialmente la situación de los sectores más vulnerables de la sociedad. Mientras Chávez tiene como caballito de batalla un discurso antiestadounidense que le ha traído las simpatías de amplios sectores sociales y políticos tanto nacionales como internacionales y el desprecio de las oligarquías venezolana y latinoamericanas, Correa y Morales deben hacerle frente no solo a sus adversarios de la derecha sino a sectores de izquierda que los cuestionan y que intentan sin éxito organizarse para restarles sustento popular. Los tres mandatarios tienen en común que su popularidad ronda el 60% y por lo tanto esa legitimidad les permite seguir adelante con sus reformas sociales y antimonopólicas.

lunes, 12 de mayo de 2014

Uso de la Web en Instituciones Públicas

La Internet es el ágora digital donde todos pueden participar. Las instituciones europeas utilizan las redes sociales como herramientas de diálogo con los ciudadanos para lograr su implicación y compromiso con el proceso de construcción europea. Se puede mencionar algunos de los espacios web de las principales instituciones de la Unión Europea puede ya que puede aportarnos una visión actualizada de la utilización por parte de estos organismos de las herramientas que proporciona la Web 2.0 y las redes sociales para comunicarse y conversar con los euro-ciudadanos. Las instituciones con mayor presencia en las redes sociales son el Parlamento Europeo, el Consejo Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea. El Parlamento Europeo es el único que tiene perfil en las cuatro redes analizadas y en alguna más, como Myspace. Los organismos jurídicos, económicos y consultores (Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, Tribunal de Cuentas Europeo, Banco Central Europeo, Banco Europeo de Inversiones, Comité Económico y Social Europeo y Comité de Regiones) no tienen presencia en estos medios sociales, con excepción del Banco Central Europeo, el cual tiene una cuenta en Twitter y un canal en YouTube. Especialmente significativo es el caso del Defensor del Pueblo Europeo, que sólo dispone de un canal en YouTube, pero no de perfiles en Facebook o Twitter. Por el contrario, casi todos los grupos políticos participan en las cuatro redes sociales analizadas, e incluso, algunos disponen de un canal de televisión online propio. Sin embargo, las cifras de amigos y seguidores son muy bajas e indican una utilización reciente de estos medios y un escaso conocimiento y/o interés por parte de la ciudadanía europea. Una atención especial merece “Europa: el portal de la Unión Europea”, en el que existe un apartado específico para fomentar la participación de los ciudadanos (“¡Participe!”), que incluye un sub-apartado para conectar con la UE a través de las redes sociales. Allí se encuentran las diversas oficinas, agencias e instituciones de la UE que han creado cuentas oficiales en redes sociales y plataformas de intercambio de contenidos. Además, acoge un enlace que permite mantenerse al día de las intervenciones en Twitter de eurodiputados, grupos políticos y comisarios a través de “Europatweets”. También existe la posibilidad de utilizan los servicios de RSS y podcasts para seguir la actualidad y estar informado con las últimas noticias generadas desde el seno de la UE.